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02 Sep 2024

Tsuchiyu Onsen: Un modelo de energía limpia sin sacrificar tradiciones milenarias

Tsuchiyu Onsen, un antiguo pueblo de aguas termales ubicado en las montañas de Fukushima, Japón, ha sido durante 1.400 años un destino popular para aquellos que buscan sumergirse en sus aguas curativas. Hace nueve años, los líderes locales decidieron construir una planta de energía geotérmica. Esta planta no solo utiliza el agua termal para generar electricidad, sino que también se ha convertido en un ejemplo de cómo Japón podría aprovechar su vasto potencial geotérmico sin comprometer su rica herencia cultural.

Japón posee la tercera reserva más grande de energía geotérmica en el mundo, pero sigue dependiendo en gran medida de combustibles fósiles importados. A pesar de que los expertos estiman que la energía geotérmica podría abastecer hasta el 10% de la electricidad del país, actualmente solo representa un 0,3%. El gobierno japonés planea triplicar este porcentaje en la próxima década.

Uno de los mayores obstáculos para el desarrollo de la energía geotérmica en Japón ha sido la resistencia de la industria de aguas termales, que teme que los proyectos geotérmicos puedan dañar las fuentes de agua, afectando negativamente a sus negocios. No obstante, los residentes de Tsuchiyu Onsen han encontrado una manera de hacer coexistir las plantas geotérmicas y las aguas termales. Después del desastre nuclear de Fukushima en 2011, que devastó la economía local, la comunidad decidió unirse para construir una planta geotérmica que generara energía renovable sin perjudicar la calidad ni la temperatura de las aguas termales.

Según los expertos, aunque estas plantas pequeñas no cambiarán por sí solas el panorama energético de Japón, son cruciales para fomentar la aceptación de la energía geotérmica y allanar el camino para proyectos más grandes en el futuro. En Tsuchiyu Onsen, la planta fue construida sobre el sistema de agua termal existente, sin necesidad de perforar nuevos pozos, lo que ha permitido preservar la calidad del agua. Los residentes del pueblo continúan utilizando el agua termal en sus negocios, combinando tradición y modernidad.

Reportaje completo en The Washington Post